-OH, vaya, ¡¡que sorpresa!! ¿eh? ah, claro...por supuesto que no nos importa, ya sabes dónde estamos.. - Hanakko colgó el teléfono y dirigiéndose a su madre, le dijo sonriente- Mamá, Mamoru está en la ciudad!
Akako Matsuda, madre de Hanakko, que estaba absorta en sus cosas, le respondió que se alegraba mucho, y su hija volvió a la carga.
Me ha dicho que no tenía donde quedarse de momento, y que si nos importaba acogerle unos días, le he dicho que venga, espero que no te importe que no te haya consultado!
La señora Matsuda patidifusa, no acierta a responder más que con un tímido “N-no... claro...”
¡Bien!n_n -Hanakko le da un beso a su madre y le dice, mientras se dirige a la puerta- voy a la pastelería, él llegará en un rato. Adiooos~
- Adiós hija ._ou –dice la madre, aún confundida.
Al otro lado de la línea telefónica, el joven cuelga el auricular y empieza a buscar en su bolsa hasta sacar otro trozo de papel con un mapa dibujado torpemente, tras estudiarlo, avanza todavía con pasos indecisos...
Un buen rato después, suena el timbre en casa de la chica. La señora Matsuda abre la puerta de la casa, y se encuentra frente a sí a un desvencijado joven.

Ehm... –el joven, algo cortado, no encuentra palabras-buenos días señora Matsuda…
-¡Vaya! ¿De veras eres Mamoru? – a la mujer le dio la impresión de ver al chico algo desmejorado desde la última vez que lo vio -cuánto has cambiado... bueno, pasa, pasa dentro.
El joven le sonreía formalmente –Muchas gracias ^^
Tras guiar al joven hasta el salón, le hace tomar asiento y le ofrece tomar algo. Él, aún cortado, no atina a responder nada, y ella insiste:
¿Un refresco? ¿ leche y galletas?
N-no hace falta que se moleste... –el joven sonríe, pero el sonido de sus tripas le delata.
Te traeré algo que te gustará –La mujer desaparece por la puerta y al rato aparece sonriente con una bandeja en las manos.

-Aquí tienes, quizá no es lo más sano,
pero es delicioso... tienes leche, un zumo de naranja y pastelitos variados, a ver si te gustan. Por aquí los comemos mucho, ¡quizá demasiado!
A Mamoru se le iluminó la cara por un instante, pero recuperó la compostura rápidamente. El muchacho dio las gracias y pegó un pequeño bocado al dulce. Le costó mantener las lágrimas de lo bueno que le pareció, pero no quiso parecer un muerto de hambre, así que se contuvo.
-¿Y bien? ¡a que están riquísimos! mi niña es una cocinera espléndida- dijo orgullosa la mujer.
- ¿Los ha preparado ella?
-¡Claro! Ahora mismo está en la pastelería, trabaja allí desde hace unos meses y la verdad es que se le da de maravilla, no es porque sea su madre...pero tiene una cualidad especial para esto.
-Oh, vaya... – Mamoru toma una decisión- me gustaría ir a recogerla cuando termine su turno.
- ¡Pero qué galante! te daré la dirección, espera... –Akako Matsuda corre a la cocina, para volver instantes después con un papel en las manos- toma, sale en una hora, hasta entonces puedes comer lo que quieras, que estás en los huesos…¡ y eso no puede ser!
El joven coge el papel y sonríe a la mujer. Ambos comienzan a charlar, esperando a que llegue la hora.
esta historia empieza a estar mas animada y mas interesante *--* ........ ademas llevais un buen ritmo de subidas de capitulo!
ResponderEliminarahora msimo sigo leyendo que estoy va muy pero que muy interesante >////<